Casi todos estamos acostumbrados a celebrar cumpleaños, graduaciones, bodas o eventos importantes, a tomarnos vacaciones en temporada "alta" (navidad, vacaciones escolares).
Porque es lo "normal". Pero, ¿lo haces fuera de esos ítems? ¿Es tu prioridad descansar y disfrutar o lo haces nada más "si te lo mereces?" ¿o cuando ya el cuerpo lo pide a gritos?
Seguramente está en tu mente el tema del dinero, de que una fiesta o una vacación cuestan bastante y hay que organizarse.
Pero, ¿sabías que también puedes celebrar en chiquito?
El kaizen es el arte japonés de alcanzar grandes objetivos a través de pequeños pasos. Se trata de empezar cualquier cosa por lo más mínimo que puedes hacer: ¿no tienes tiempo? empieza con un minuto al día. ¿Aprender un idioma? aprende sólo una palabra al día. Y así, la idea es que si en verdad lo quieres vas a seguir y agregando cada vez más tiempo, y lograr, aunque sea poco a poco, cualquier meta, por difícil que parezca, que es mucho mejor que no lograr nada nunca.
Para mí y para muchas personas que se ahogan en un vaso de agua y se agobian fácilmente, este método nos va como anillo al dedo.
La experiencia nos dice que los cambios son complicados, porque requieren buenas dosis de fuerza de voluntad, tiempo y energía mental. El método kaizen, en cambio, nos brinda un modo de enfocar los cambios mucho más sencillo y amable: introduciendo pequeños gestos en nuestras rutinas que, a la larga, supondrán una enorme diferencia.
"Poco a poco se llena el pozo"
De esta manera es como yo he logrado hacer cambios en mi vida que no hubiera logrado jamás de otra manera, y uno de ellos es celebrar TODO, celebrar todos los días. Además, puedes descubrir que con un pequeño paso o mantenerte en lo sencillo es lo que se adapta a tí y no la meta gigantesca que querías. Recuerda que los límites y el éxito sólo los puedes medir tú si te conoces y si te vas observando durante cada proceso.
Entonces, te puedo decir que puedo disfrutar igual de intensamente una fiesta perfectamente decorada y organizada que una taza de té a la temperatura perfecta, sintiéndome plena y feliz de tomar ese descanso, de ese momento perfecto de mi vida, sintiendo cómo literal el corazón da un salto de darme cuenta de lo afortunada que soy de poder estar viva y saborear esos minutos insuperables, así como otros momentos (esto suena cursi, pero es verdad) escuchar las risas de los niños, la mirada de amor de mi perro Bobby, el abrazo de oso de mi esposo.
Un año tiene muchos días, éste horas, miles de minutos que no podemos desperdiciar esperando "la fiesta grande", "las vacaciones largas" etc. ¡Vive todos los días de tu vida!