MINI BODA. Mientras no se me ocurra un nombre genial, le voy a decir así. A ver si me puedo explicar. Siempre me fascinaron las bodas y todo el amor, detalle y dedicación que le ponen los involucrados. Eso, por supuesto rinde sus frutos, y casi siempre se logran eventos espectaculares. Y en que en la escalera de los eventos, una boda es la cúspide. Lo máximo en eventos, el más grande, el mayor gasto, mayor número de invitados, el mayor esfuerzo hecho. Ahora trasladémonos a las mesas, que es mi especialidad.
La primera vez que vi una mesa decorada (como debe ser, a mi parecer con su centro de mesa, su plato, servilleta y su menú impreso! su número, cada lugar con algún detalle o el nombre del comensal), me quedé sin aliento. Fué así como cuando un niño ve que que el niño Jesús le trajo lo que quería. O sea, por dentro daba saltitos de alegría, porque se veía tan perfecto, tan bellísimo y era algo que yo podía hacer, ya que al ser diseñador gráfico, es mi trabajo hacer papelería y señalización. Ver que se podía usar en una fiesta y que no sólo se ve espectacularmente bonito sino que no es hacerlo por hacerlo: tiene la increíble misión de hacer sentir a cada persona bienvenida y especial, sobre todo en un evento grande donde es muy difícil que vayas persona por persona agradeciéndole su presencia y haciéndolo sentir bien.
Qué es una "mini boda"?
Después de ese preámbulo, entenderás mejor porque hago los kits de mesa. Para recrear ese sentimiento de felicidad al ver una mesa perfectamente puesta una y otra vez, en el cumpleaños de los niños, en el brunch de primera comunión, en la comida del día de las madres o del padre.
Es algo muy bonito ver aunque no te digan nada, el lenguaje corporal de los invitados en un evento así, donde se sienten más relajados y con un sentimiento de pertenencia, porque en ese evento tienen su lugar creado especialmente para cada uno. Y como siempre digo, la decoración no se come con la boca, pero se consume con los ojos, lo digieres con el corazón y te nutre el alma. Para vivir y celebrar bonito no necesitas grandes cosas, sino tener siempre y cada vez que se pueda esos detalles que nos hacen felices.
¿Qué nombre le pondrías a este concepto? ¿de llevar una mesa de un evento común y más sencillo a un nivel como el de las bodas?