¿Sabes por qué hago decoración y uso tiempo en esos detallitos que casi más nadie hace? A veces el hacer esos detalles es la chispa que falta para emocionarme y meterme de lleno en un proyecto.
Digamos que viene una fecha, o tenemos una visita y la oportunidad de celebrar algo bonito y pasarla bien. Pero entonces me da como flojera, o QUIERO y DEBO celebrar pero falta esa emoción que hace que todo sea diferente, que todo tenga más sentido y que haga que nos esforcemos sin esforzarnos para lograr cosas increíbles.
No te ha pasado alguna vez que estas triste o sin ánimo cuando se supone que todo está bien? y que además de estar malhumorada te sientes mal por sentirte mal cuando no te está pasando nada malo? como que estamos siendo super egoístas cuando hay gente que si la está pasando mal en serio e igual tiene que echar para adelante? Afortunadamente no me pasa mucho, pero sí me ha pasado algunas veces. A veces sólo es desahogarme un poco, a veces toca zafarse y buscar nuestro centro y volver a enfocarse en porqué hacemos lo que hacemos, qué hacemos por obligación y qué hacemos porque nos encanta, y a las dos se le puede poner sabor y vida agregando nuestro toque.
Esa es emoción que siempre busco cuando hago una fiesta para otra persona: que se emocione con las ideas, preparativos o alguna actividad en especial que vaya a hacer. A veces es con la vestimenta que escogimos que pone a todo el mundo a buscar, a veces preparar algún acto o regalo sorpresa, o que cada lugar tenga un detalle lindo para cada invitado, o tener un área súper bella y temática para las fotos.
Esta misma emoción es la que deberíamos tener por más cosas en nuestra vida diaria, buscar esa chispa de que aunque hagas algo rutinario o "porque debes hacerlo" si le pones tu toque y cambias la manera de verlo puede das una vuelta de 180°. Hacer algo con emoción es la diferencia de andar por la vida en modo autómata a realmente VIVIR, unos pocos minutos bastan y son más valiosos que toda una vida sin sabor.
Hablando de eso te comparto un detalle para la mesa de navidad que me encanta hacer en cualquier reunión de cualquier temática. Se trata de jugar con los colores y las cosas que tenemos, tratar de crear capas con el individual, siempre plato sobre plato combinando colores y contrastando, y al final poner un objeto, juguete o algo alusivo a nuestro tema con una frase divertida o el nombre de los comensales. Con esto te prometo que destacarás.
En esta navidad, te invito a que esas tradiciones que a veces se vuelven rutinarias, siempre igual, que busques algo que te emocione, que implementes algo nuevo, recuerda que la decoración y los colores realmente tienen efecto sobre nosotros aunque no lo parezca.