En medio de un proceso de cambios personales y de querer arrancar un negocio que desde hace muchos años es medio hobby, medio trabajo, sin estar bien definido, haciendo muchas cosas para fiestas (decoración, invitaciones, impresos, todo lo que engloba el mundo creativo de las fiestas.

En medio de ese trámite de crear una marca más definida, más específica. Sin poderme decidir entre planner o sólo los kits impresos, me llegó esta oportunidad completa y única, como siempre llegan, de improviso, cuando menos la esperas de decorar varios espacios de una boda. (Sepan que me muero por las bodas, son mi delirio. Ya otras veces había decorado lo mismo que ahora, mesa del pastel, área para fotos, mesa de entrada y centros de mesa en otras bodas, pero siempre a última hora, sin mucha comunicación con los novios y ya con otras cosas adelantadas por ellos.

Esta ocasión era especial, porque vinieron 6 meses antes y aún no tenían nada hecho, así que era un proyecto en blanco con muchas posibilidades, además la novia tenía muy buen gusto, algo indecisa, pero por eso mismo me identifiqué mucho con ella, porque soy exactamente igual. El novio también extremadamente detallista y muy organizado.

Como les dije antes, estaba yo en medio de una transición personal y laboral, donde pude experimentar una madurez en mí que antes no tenía (los años no pasan en vano pues y que se reflejó en tener más paciencia y respeto por los gustos y decisiones de los clientes en este caso. Muy contenta con que al final me dieran la responsabilidad de la tarjeta de invitación, como saben soy diseñador gráfico, así que es mi fuerte y además es la puerta de entrada a la hora de diseñar un evento y su estilo. Contenta además porque conseguí una proveedora excelente afín conmigo y con las cosas que hago (algo que vale un oro además cercana, la tuve muy cerca por mucho tiempo y no lo sabía, así que todo se alineaba para salir muy bien.

A eso le siguiéron los recuerdos, por varias semanas buscando fotos e ideas, decidiendo qué podían ser los recuerdos, nada convencía a la novia, hasta que mi hermana que es la que está encargada en Fiestas para Llevar de la división Regalos y souvenirs - Regalos para Llevar - me mandó una foto de una cajita de jaboncitos que disparó mi corazón y supe que eso si le iba a gustar a los novios y lo podíamos personalizar para ellos perfectamente. Así que por varios meses estuve de cabeza y de lleno en estos proyectos, haciendo etiquetas, personalizando y creando varios items acordes con el concepto global de toda la boda, rústico, madera, telas y cartulina en colores crudos, elegante con toques dorados, como la letra de la invitación y las bases de los centros de mesa, creados por el novio para complacer a su exigente futura esposa. Mucho follaje verde y flores en tonos delicados beige, blanco y rosa pálido.

Hecho todo esto quedaba muy poco tiempo ya, con un grupo de whatsapp creado sólo para los temas de la decoración, se ultimaron detalles de lo que fueron desde el principio el concepto global del área de fotos, se hicieron pruebas de la mesa vestida con su centro de mesa y todos sus elementos, factor que fué clave para la tranquilidad de novios y planeadores con tendencias ansiosas. Armé también la mesa de entrada en colores cafés oscuros, con todos sus elementos, algunos nuevos que me emocionaban un montón y se veía perfecta, así que destiné la última semana para el Candy bar con mucho cariño y especial cuidado en cada envoltura, y en dónde iba a colocar cada cosa, lo que al final para mí rindió sus frutos, el haber trabajado con calma pensando en cada detalle, todo en blancos y beiges. Toques de café con las letras en blanco para que resaltaran.

Este candy bar estuvo todo en uno: mini postres, dulces, salados, decorada la parte de atras y arriba que fue un árbol, -idea de los novios- a los lados y el paisaje de agaves hizo el resto. Además tuvo un plus muy importante: Fué el primer paso en hacer de mis productos lo más ecológicos posibles, así que me dí a la tarea de pensar en sustituir todo el plástico que pudiera usar por materiales como madera, tela vidrio etc. Fué todo un reto, porque tenía muchos dulces y salados diferentes, era una fiesta muy larga desde la tarde hasta la noche y de paso al aire libre, por lo que hubo que cerrar todos los empaques para que los dulces no se secaran o se les pararan encima los insectitos del lugar.

Creo que la madurez y aprendizaje que sólo dan los años y cuando haces un esfuerzo por mejorar, hizo que este evento se concibiera con tranquilidad y muy pensado, lo que al final se logró exactamente lo que yo tenía en mi cabeza, y espero que haya sido del agrado de todos los implicados.

Gracias especiales a todas las personas que participaron, a mi esposo por su infinita paciencia, a mis hermanos bellos, creativos y profesionales y a todos los que ayudaron de alguna manera, con sus buenos deseos o "sacándonos la pata del barro", como todo el equipo que nos ayudó ese día.